Fuimos a Bariloche en agosto de 2016 y nos dieron una ventisca para llenarnos los ojos. La emoción de ver caer la nieve por primera vez y estar con mi familia no tiene precio. Mi marido, mi hija y yo quedamos encantados con la ciudad, con la acogida, la comida y la estructura turística. Fue un viaje de ensueño. Antes de embarcar, estaba al tanto de los consejos de Sabrina en el Blog de Bariloche para brasileños sobre ropa, paquetes y restaurantes y fue genial. ¡Muy recomendado!